[Crónica] 01x11 Amanda (2ª Parte). Gloria en la Marca.


Acto II
14:47h. Jueves 21 de abril del 439 EE. Marvalar. Cerca del Barrio del Alcazar.


Las viejas ruedas de madera del carromato crujían violentamente amenazando con saltar en mil pedazos tras pasar sobre los baches de las calles empedradas de Malvalar. El enano, con su hacha a las espaldas, guiaba a los dos caballos percherones a toda velocidad a través de las calles aglomeradas de gente que saltaban a un lado y a otro evitando, en el último momento, ser atropellas. Gritos e improperios eran lanzados por doquier. Pero al enano eso no le importaba, nunca había forzado un carro hasta el límite de sus posibilidades y estaba encantado de poder hacerlo, sujetaba con firmeza las riendas y tras pasar cada esquina con éxito se felicitaba a la par que gritaba pidiendo indicaciones para alcanzar su destino.

- Esta es La Calzada de los Reyes, gira a tu diestra tras una gran estatua de Valion… - Indicó Sernal apoyando en el hombro del enano esforzándose para no caer. Al instante pudo verse la escultura magnánima que vigilaba una de las arterias más concurridas de Marvalar. Esta vía nacía en la Puerta Este y dirigía a quien la siguiera hasta el propio palacio real, flanqueada por los edificios más bellos y emblemáticos de la ciudad.

Forzó a los caballos hacia su derecha y se introdujeron por una calle con mucho menos esplendor.

- ¡Para ahí! – Ordenó Sernal y con el carro aún en movimiento salto en dirección a la entrada de un viejo edificio de no más de dos plantas. Cuando llegó ante dos altos portalones de madera comenzó a aporrearlos con la empuñadura de su espada desenfundada. Un chasquido tras las puertas anunció la apertura. Sernal no espero y salto hacia dentro llamando a su hija a gritos.

Acto III
15:12h. Jueves 21 de abril del 439 EE. Marvalar. Casa de Sernal Osero.


Tan rápido como Sernal y Vazal comprobaron que Amanda estaba en perfecto estado, los ánimos se relajaron. En uno de los salones del edificio, justo donde encontraron a la joven,  se instalaron para retomar fuerzas.

- Loedal II debe ser informado, pero no pienso dejar a Amanda sin protección para hacerlo.

- No creo que sea buena idea salir ahí fuera pero es peor quedarnos aquí. Si nos quedamos esperando los Cornelidus tomarán la iniciativa. – A Fregio no le gustaba en la trama política que se había visto envuelto. Él solo trabajaba en silencio evitando a toda costa quedar expuesto y ya comenzaban a escasear los sitios seguros en esta ciudad.

- Tengo una idea. – Anunció Ezzo. Todos se volvieron hacia él lo encontraron leyendo apresuradamente un gran fajo de papeles, arcanos obtenidos en los sótanos de Hurtonon. - ¡Aquí esta!... Este pergamino contiene la solución. ¿Qué deseáis comunicar a Loedal II? – Solicitó cortésmente a Sernal levantando la vista.

Tras lacrar un manuscrito donde detallaba someramente todo lo acontecido, Sernal se la entregó al mago del este. – Ve y piensa que nuestra suerte esta en tus manos Ezzo. Los Cornelidus no tardarán en atacarnos. – El recompuesto viejo le estrechó la mano con fuerza y en mitad de un estallido de luz celeste el mago desapareció.

- Bien señores, debemos asegurar este edificio. Son pocas las entradas y son resistentes las puertas pero eso no evitará que los Cornelidus intenten atraparnos aquí.

Este viejo caserón era un lejano reflejo del  lujoso palacio de adoctrinamiento y mando que en su día fue. Estaba destinado para dar formación a los más selectos lideres militares cuando aún eran jóvenes. Construido con materiales nobles y decorado con motivos castrenses. Dos plantas coronadas por un pequeño ático desde donde podía divisarse el palacio real, junto a las dos torres más emblemáticas de Malvalar. La vista alcanzaba la zona oriental del puerto. El edificio se diseño rodeando una gran plaza interior con suelo de tierra destinado al entrenamiento en combate. En la pared norte del patio descubierto, a unos tres brazos de altura se exponían, gallardos, escudos heráldicos esculpidos en piedra, presidían los entrenamientos tiempo atrás. Había pasado mucho tiempo pero este viejo edificio mostraba su señorío pese a las condiciones actuales. Sernal Osero, sin duda era un gran guerrero, pero distaba mucho de ser un buen administrador.

Todos buscaron con suma presteza los puntos débiles a reforzar en el edificio. No sabían ni cuantos ni por donde intentarían asaltarlos, pero lo que si tenían claro es que lo intentarían. Fregio entendía que cinco mil monedas de oro y la posibilidad de demostrar lealtad a la familia más poderosa de Malvalar haría despertar la codicia de no pocos caballeros.

Desde las alturas, Faal observaba la frenética actividad dentro de la casa desde el ático. Sin duda, ese sería el sitio desde donde resistiría en momento de combate. Preparó sus armas y comenzó a rezar hasta que lo interrumpió el enano al llegar a la terraza:

- No debemos acercarnos a esa zona del tejado, cederá con menos de lo que pesa un mediano.

- ¿Estas seguro, Grog?

- Completamente. Reza lo que puedas para que podamos salir de aquí. Este edificio es una ratonera.

- Legis velará por los que defendemos la ley.

- ¿La ley? Grrr. Me conformo con que salgamos con vida de esta, Marvol nos asista… y ahora empieza a llover.

Vazal y Sernal recorrieron la planta baja reforzando todas las posibles entradas, en especial las ventanas.

- Queréis cortejar a mi hija. Sabed por mi honor que os rebanaría el cuello. – Vazal dejó de martillear un tablón – Pero creo que no soy nadie para impedirlo con alguien como tu. Siempre me preocupó su seguridad y si hay alguien que pueda ofrecérsela eres tu.

- Yo…

- Tu clava ese tablón y calla de una vez. – Gruñó Sernal Osero y salió de la estancia dejando un pequeño reguero de puntitos escarlatas por el suelo.

- ¡Maese Osero, esta herido! – Vazal se acercó de un salto y evaluó la herida en el costado del viejo  hasta que este de un manotazo lo apartó.

- Esta herida no es la primera ni la última que recibirá mi cuerpo. Tras esta alerta tendremos tiempo de reponernos. Ahora termina de asegurar esas ventana, soldado.

Tres grandes golpes llenaron el edificio desde la entrada principal. Unos se prepararon en sus posiciones y otro se acercaron a sigilosamente a la gran puerta de dos cuerpos.

- ¿Sernal Osero, venimos a buscarte? – Vociferó alguien tras las puertas de roble.

Desde la primera planta unas pequeñas saeteras, justo sobre la puerta principal, dejaron ver a Fregio que el asunto no era menor. Los contó y se lo comunico al resto desde la balconada interior.

- Son seis caballeros sin blasón armados hasta los dientes. – Fregio pensó de nuevo en las 5000 piezas de oro.

- Sernal Osero, sabemos que estáis dentro. – Insistió la voz tras las puertas.

- ¿Quién es el hijo de mil padres que manda hombres armados en mi busca? – Rugió Sernal Osero desde el interior.

- Señor, nadie quiere su mal. Pero le exigimos que nos acompañe para responder por el incendio intencionado de uno de los almacenes del puerto.

- Bajo que autoridad soy requerido.

- Viejo, abre o abrimos nosotros. – Amenazó alguien desde el otro lado.

- ¿Viejo? ¡Bastardos sin modales! – Sernal levantó el madero que atrancaba las puertas y las dejo abrir lo suficiente para poder pasar entre ellas con la espada en mano. - Sernal, ¡No! – Gritó Vazal.

José Valverde. Rolero #OSR adicto al #tecnorol. Dungeoneo a tope con Miguelako, mi hijo, siempre que sacamos un rato.

3 comentarios:

  1. Un cliffhanger interesante y por el título de la siguiente sesión, me da que Sernal palma. Una pena.

    Pues nada, a esperar para seguir leyendo :)

    Un saludo

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    1. Sernal Osero es el PNJ con el que más satisfecho estoy. Joder como se ganó el respeto de todos estos XD

      Sergio, por falta de tiempo dejé de escribir estas crónicas y gracias a tus comentarios me han entrado unas ganas terribles de retomarlas, al menos, para acabar de registrar esta campaña.

      Faltan 3 capítulos que tengo registrado en audio, los estoy repasando para publicarlos sin perdidas.

      Muchas gracias por despertarme la chispa!!!!

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    2. Muchas de nadas... Reconozco que da pereza, de hecho, las dos últimas que he puesto yo de Guerras Ofídeas, se jugaron hace uno y dos meses y no hago ninguna grabación ni nada, así que está escritas a partir de las notas que tomo y de lo que recuerdo. Y es verdad que si nadie dice nada, al final uno se cansa y lo deja. En mi caso, sigo porque (como dices tu en la página de presentación) sirve a modo de recopilación de lo sucedido y también porque me sirve para entrenar mi escritura y porque me gusta, qué leches.

      Lo que me ha pasado a mi leyendo tus crónicas es que me han entrado ganas de dirigir AelMdE pero mi grupo, si les dejo colgados con la campaña de Dark Heresy, me matan, así que me tendré que contentar leyendo.

      Un saludo y a seguir machacando teclado, aunque los lectores (que tienes muchos, seguro) no digan ni mú.

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