[Crónica] 01x11 Amanda (1ª Parte). Gloria en la Marca.

- Veamos, los últimos documentos que estudiamos correspondían a la desarticulación de la conspiración regicida a manos de la familia Cornelidus ¿No es así?

- Sí, mi señor.

- Entonces ¿Este fajo que traes y qué coincide con la misma fecha?

- Referencia el momento en el que muere trágicamente…

- ¡Incompetente, empieza por ahí! ¿No os enseñaron a priorizar en la academia? Sal de aquí y no me molestes…

Acto I
14:01h. Jueves 21 de abril del 439 EE.
Marvalar. Barrio Marítimo.

La oscuridad del sótano cedió paso fortuitamente a la claridad del mediodía. Glog Piepesado (E5) entornó los ojos y se los protegió con su callosa mano extendida. Cuando su visión se adaptó a la luz solar del exterior dio la señal al resto del grupo para que salieran tras de él.

Uno tras otro salieron por el tragaluz que conectaba el sótano del palacio del desdichado Huntoron Moltoo con la calle. El enano los escoltaba en vanguardia observando un desconcertante revuelo en torno a él. Todo era un caos. La gente corría desesperada y asustada, y todos señalaban a sus espaldas mientras gritaban: - ¡Fuego! - Se giró y vio un gran incendio devorando el palacio y que ya alcanzaba la segunda planta, fugazmente comenzaba a extenderse por los edificios colindantes.

-¡Ezzo, mira cuan útiles son tus conjuros! ¡El fuego nunca debe salir de una forja!

– ¿Qué dices Glog? Si yo siempre he estado con vosotros ahí abajo… – Protestó el mago mientras terminaba de salir por la ventana a nivel de la calzada.

– ¡Diablos! Ese es el fuego originado en el almacén del traidor Huntoron… fuiste tu quien lanzó aquella endemoniada bola de fuego.

- ¿Y qué preferías que hubiera hecho? ¿Qué… ? – Un golpe de tos le interrumpió haciendo que casi se derrumbase sobre sus rodillas. El humo procedente de aquel infierno le impedía respirar y no solo el conjurador visirtani necesitaba aire, Glog Piepesado (E5) vio como todos sus compañeros comenzaban a toser violentamente mientras les fallaban las fuerzas. Con toda la celeridad que le permitieron sus cortas extremidades intentó alejarlos de las cercanías del gigantesco incendio. Apoyados unos en otros lo consiguieron, aunque Sernal Osero, el viejo soldado no se recuperaba. Vazal (G6) se lo echó al hombro y sorprendido por su poco peso avanzó a pasos largos hasta que este recuperó el resuello. Ya en una calle cercana estudiaron la situación: Todos los vecinos de los alrededores se afanaban en intentar apagar el incendio que ya devoraba el tercer edificio, decenas de corchetes corrían en formación para asistir en la lucha y en especial a evitar que se incendiaran los barcos amarrados en los astilleros peligrosamente cercanos. Las mujeres mayores ponían a salvo a los niños pequeños y por doquier valientes marineros con gran arrojo se ponían al servicio de las fuerzas locales que organizaban la intervención.

- Debemos… ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! – Sernal Osero pálido como el mármol no conseguía el suficiente resuello para poder hablar.

- Maese Osero, tome agua -Vazal (G6) le ofreció su cantimplora que Sernal intentó coger pero sin la fuerza necesaria para sostenerla. El joven soldado le ayudó a beber.

- Debemos informar de todo a Loedal II…Los papeles que delatan la conspiración deben estar en su mano cuanto antes. – El viejo soldado comprobó que los llevaba consigo bajo la armadura de placas – Temo que los Cornelidus no se van a quedar con los brazos cruzados, su nombre esta a punto de ser deshonrado…

- ¿Cuál es la dirección? – Solicitó nervioso Fregio(L6), que conocía lo suficiente la gran Marvalar como para escoger el camino más corto.

- En el Barrio de Alcazar, pasadas las Dietas de las Marcas antes de llegar a palacio…

Tan rápido como Sernal recuperó el aliento emprendieron la marcha a toda prisa. Sin descanso cruzaron calles llenas de personas exaltadas por el incendio. Faal (C6) miró al cielo buscando auxilio sin entender como justo ahora había cesado la lluvia. Había grandes nubes pero acompañadas de grandes claros que no anunciaban una tan necesitada tormenta. Un grito le sacó bruscamente de sus pensamientos.

- ¡Sernal, cuidado! – Gritó Fregio(L6).

En su apresurada marcha hacia el palacio de Loedal II se habían alejado unos de otros para poder pasar a través de la gente, Sernal en cabeza seguido por Fregio (L6) que, adiestrado por profesión, vio a varios guerreros con sus armas empuñadas y que, sin lugar a dudas, se dirigían hacia Sernal. El cansado viejo, al límite de su resistencia, no consiguió identificar el porqué del aviso del pícaro. Miró a su alrededor sin ver nada por lo que alertarse así que prosiguió con su apresurada marcha hasta que al instante entendió el aviso. No tuvo tiempo de prepararse. Una estocada frontal lanzada desde su izquierda le impactó sin dejarle lugar para la defensa, aunque el siguiente golpe, procedente de un segundo atacante, lo esquivó más por suerte que por agilidad. Sernal no protestó, ni tan siquiera se quejó, esas eran las leyes del acero. Saltó y robó una distancia de poco más de tres metros con sus contrincantes, desenfundó. Después de todo hoy podría volver a conseguir el favor de su espada, pensó. La gente que pasaba junto a ellos, al escuchar el sonido inconfundible del roce del metal contra su funda al desenvainar, alarmada, se retiró formando un gran circulo irregular en torno a los contrincantes pero eso poco importaba a los enemigos del soldado que cargaron violentamente en perfecta coreografía marcial buscando los flancos de Sernal. El viejo “Espada Salvaje” los rechazó sin perder ni un palmo de terreno. Los aceros chocaron y resonaron por encima del caos de la calle.

- ¡Rápido, atacan a Sernal! – Avisó Fregio (L6) a los rezagados. - ¡Emboscada! – Todos se prepararon para el combate. El mago, rezagado en exceso a causa de su deteriorada condición física, se percató de que tres guerreros con unas flamantes armaduras y armados con peligrosas espadas largas se disponían a embestirlo desde el lateral derecho. No saldría con vida de esta… si no usaba su mejor arma. Entonó unas oscuras y antiquísimas conjugaciones arcanas haciendo que sus pies brillaran con una combinación de reflejos azulados y blancos, notó como al instante dejaba de pesar y comenzaba a elevarse, antes de que llegaran sus asaltantes Ezzo Bloom (M5) ya los observaba a no menos de tres metros sobre sus cabezas. Desde su aventajada posición comprobó que eran atacados por seis guerreros experimentados sin ningún blasón que los identificara.

- ¡Glog, a vuestra diestra! – Gritó el hechicero al enano. En un abrir y cerrar de ojos la gente se abrió dejando a los contrincantes en el centro, momento que aprovechó Glog Piepesado (E5)para lanzarse contra los tres guerreros más cercanos.

- ¡Alto! ¡En nombre de Legis les ordeno que depongan las armas! - Faal (C6) pidió la ayuda de su dios para parar aquel sinsentido, lanzó su orden a los belicosos contrincantes pero sólo uno cayó bajo su solemne mandato. Entendió al instante que el derramamiento de sangre estaba asegurado.

Cuando Vazal (G6) llegó a la altura de Sernal Osero, este ya tenía bajo control el combate. Casi hipnotizado observó como uno a uno anulaba todos los lances de sus contrincantes. A Sernal le bastó con frustrar cuatro estocadas para analizar los puntos débiles de sus oponentes que aún fieros eran demasiado impacientes. Les abrió una oportunidad en su guardia que ninguno de los dos combatientes rechazaron aprovechar y ese fue su fin. Sernal, con una magistral cinta sobre sus talones bailó entre ellos ofreciéndoles dos estocadas mortales: un corte escueto y limpio en la yugular al de su derecha, y al de su izquierda una estocada que le perforó el corazón introduciendo su espada bajo el hombro. Vazal (G6) entendió en ese momento que Sernal seguía siendo una leyenda. Cuando su oponentes caían abrazados por la muerte, Sernal comenzó a toser violentamente de nuevo.

Fregio (L6) no entendía la actitud de los corchetes de soldados de Marvalar. Intentaba pararlos para que ayudaran a sus compañeros contra el grupo de asaltantes que los atacaban sin motivo aparente. Se interpuso en el camino de unos soldados que corrían hacia el puerto pero sólo consiguió un golpe que le propinó uno de los soldados con la empuñadura de su alabarda que lo dejo sin respiración. Abatido y tras recuperar el aliento volvió con sus compañeros esperando que con algo de suerte no acabaran de nuevo en la cárcel de Marvalar. Se deslizó entre todo el gentío que lo rodeaba, no eran pocos los espectadores que gritaban a medio camino entre la diversión y el miedo. Cuando llegó todo había terminado. El enano limpiaba su arma, Vazal (G6) ayudaba a Sernal y Faal (C6)exigía respuestas al único superviviente que no yacía desangrándose en mitad de la calzada empedrada, el único que había obedecido al clérigo cuando se lo había exigido.

- Habla y te aseguro un juicio justo frente a un tribunal iluminado por Legis. ¿Quién os manda contra nosotros? – Exigió saber Faal (C6). El caballero estaba desarmando y postrado de rodillas, escuchaba al clérigo mientras le sostenía la mirada y exhibía un semblante impasible.

- Me someteré ante Legis pues y no ante uno de sus sirvientes ordinarios.- Fue su única respuesta. Al instante Faal (C6) entendió que este no era un simple guerrero con una buena armadura, conocía la ley tan bien como para saber que ante esa exigencia el clérigo debía cumplirla sin ningún tipo de impedimento.

- Acabemos con esta escoria, está claro que no vamos a sacar nada de él. – Dijo Sernal mientras se acercaba desasiéndose de la ayuda del joven Vazal (G6).

Mientras Fregio (L6) se acercaba a sus compañeros pudo observar como Ezzo Bloom (M5), desde las alturas, movía sus manos a la vez que susurraba algo que no consiguió entender y al instante frente a la cabeza del mago apareció un ojo de un verdoso etéreo que se disolvió poco a poco mientras comenzaba a descender al lado del clérigo y los demás. Fregio (L6) no conseguía dejar de maravillarse al ver las dotes arcanas del mago y siguió mirando el ojo que aunque era difícil de ver aun acompañaba al conjurador.

- Le han prometido 5000 piezas de oro por ti, Sernal. Y adivina quién: La casa Cornelidus. – Todos miraron extrañados a Ezzo Bloom (M5) exigiendo una explicación. – Puedo ver sus pensamientos, preguntadle lo que queréis saber y yo os lo diré.

- ¿Vais a atacar el palacio de los Loedal? - Incrédulo, Sernal le preguntó al caballero.
El semblante del mago se oscureció: - No, Sernal, pero hay una partida que se dirige hacia tu casa, a secuestrar a tu hija, Amanda. – Sernal no titubeó al apoyar su espada en la clavícula izquierda del caballero e introducirla hasta que este se desplomó inerte. No le dio tiempo a Faal (C6) para que lo impidiera. Todos enfundaron sus armas conscientes de la gravedad de la situación y tras robarle su carreta a un desafortunado molinero emprendieron la marcha a la máxima velocidad que les ofrecieron los dos caballos espoleados por Glog Piepesado (E5). Sernal nunca había estado tan aterrado como ese día, no quería pensar que pasaría si su hija caía en manos de los despiadados Conerlidus. Faal (C6) en silencio temía lo peor y se prometió a si mismo que si Amanda, su amada, sufría algún mal no pararía hasta ver muerto a sus pies al causante.

José Valverde. Rolero #OSR adicto al #tecnorol. Dungeoneo a tope con Miguelako, mi hijo, siempre que sacamos un rato.

3 comentarios:

  1. Bien, una sesión de espada y combate. Me gusta mucho como narras y planteas la magia y los conjuros.

    Ya me queda solo una sesión por leer y creo que me voy a queda con ganas de más jeje.

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    1. Muchas de las descripciones de los hechizos las narran los propios jugadores y nos lo pasamos de miedo! XD

      Gracias por los comentarios!

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    2. Pues eso da un plus a la mesa... los míos, cuando les da, se ciñen a la descripción.

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